
A Barcina le preocupa la ideología de los funcionarios que, desde hace más de 25 años, han accedido al empleo mediante unas oposiciones elaboradas precisamente por los sucesivos gobiernos de su partido UPN. También quiere vigilar más los libros con los que estudian los chavales en las ikastolas, algo que ya hace con rigor, y eleva el tiro ahora con la supervisión del material no reglado que maneja el profesorado, para inspeccionar hasta las fotocopias que se reparten en clase.
Un control exagerado, impropio del “pensamiento liberal” dominante, un hacer acorde con las nuevas leyes de “seguridad” ciudadana del ministro de Interior, el fiterano de adopción sr. Fernández, que castiga con sanciones económicas severas a quienes se salen de la foto de los sumisos. Todos quietos y bien controlados. Si no, difamación, multa o porrazo.
Luis Miguel Escudero, en El Olitense