Nadie puede saber cuál hubiese sido la evolución política de Gregorio Ordóñez si no le hubiesen asesinado en un bar de la calle 31 de agosto donostiarra. Quizás hubiese acabado intentando, tal como se rumoreaba, clonar en Gipuzkoa el experimento de Unidad Alavesa, para incidir en los agravios inter-provinciales con Bizkaia. Más fácil de preveer es que de no haberse producido aquel crimen en aquella maldita tarde de enero de 1995, la figura polìtica de su acompañante y secretaria María San Gil difícilmente hubiese alcanzado su posterior proyección pública.
Retirada durante algunos meses de la primera fila de la actividad política tras fracasar en su intento de impedir el pragmático abandono por parte de Rajoy de las posiciones más exageradamente extremas del PP, nos anuncian hoy que le ha fichado Aznar para trabajar para la FAES y que su reaparición va a ser inmediata, el próximo lunes en Santiago de Chile. No le faltarán oyentes. Allí estará lo más granado del pinochetismo, no pocos procedentes de la diáspora vasca, la verdad es verdad aun cuando duela (klik egin-ver más)
Praxku
No hay comentarios:
Publicar un comentario