Benedicto XVI ha visitado Africa. Cargadas las espaldas de occidente cristiano, ha llevado hasta el continente hambriento, enfermo, postergado, explotado, olvidado, empobrecido, el burka intelectual más absoluto, cegador y destructivo.Frente a la riqueza multicolor de las celebraciones religiosas africanas, el Papa reclama ritos litúrgicos europeos. Y esa postura encierra un desprecio por la originalidad de un continente, un incomprensible racismo, una xenofobia humillante, un rechazo a la pluralidad pentecostal. (klik egin-ver más)
Rafael Fernando Navarro, filósofo
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