
Pero el toro no. Es criado en dehesas, alimentado por mano humana, ensalzado por poetas… pero no es un animal doméstico, de la domus, de la casa. El toro que se joda, por bravo. Como bien conoce el Toro de la Vega, de dulce nombre Moscatel, que hoy será alanceado por cien valientes lanceros a caballo hasta que el animal, el de los cuernos, caiga desangrado. El matador victorioso tiene luego el derecho a colgar de su pica los testículos del toro para pasearlos como un trofeo por toda Tordesillas. ¡Qué imagen fantástica para pedir un asiento en el G-8! (klik egin-ver más)
Manolo Seco, en su blog.
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