miércoles, 9 de diciembre de 2009

JOSÉ LUIS URIZ: LAS RAZONES DE UNA ESTAFA

José Luis Uriz, concejal de Villava y miembro del Consejo Regional del PSN, ha colgado en su blog un artículo que titula "Política: el arte de lo posible y de lo imposible". Me he fijado particularmente en este párrafo:
"El navarrómetro recientemente conocido apunta a que poco se mueve el escenario político, es una foto fija desde hace varios años, pero no contempla dos elementos fundamentales para que eso (el cambio) pudiera ser posible: que Aralar se presente en solitario, lo que permitiría al PSN ser segunda fuerza política y liderarlo con la autorización, esta vez sí, del PSOE, y que un nuevo proceso de paz se abra permitiendo a la izquierda abertzale radical poner en práctica su nuevo proyecto con EA y otros, permitiendo su entrada de nuevo en el Parlamento de Navarra. La suma de estas dos circunstancias abriría la posibilidad de un nuevo escenario político favorable a un cambio de gobierno demandado por amplias capas de la sociedad navarra".
De forma más o menos explícita Uriz reconoce aquí varias cosas: que la necesidad del cambio político se sigue percibiendo de la misma manera a pesar de los esfuerzos de su partido por hacer creer que ha habido un desplazamiento hacia el centro en las políticas del gobierno tras la ruptura UPN-PP; que convertirse en tercera fuerza fue determinante para posibilitar el fraude electoral del PSN en 2007; y que las expectativas de los críticos del Consejo Regional, si es que siguen existiendo, para lograr una reorientación de la trayectoria socialista en Navarra no residen en la voluntad de dar la batalla política interna, sino en la posibilidad de la ruptura de NaBai. Patético.
Cierto que no es nuevo. El mismo Zapatero ya dijo hace tiempo que él contemplaba en Navarra una reconversión del mapa político hacia un modelo como el que se había instalado en Galicia, donde el PSN sustituyó al BNG como segunda fuerza y lideró la fugaz conquista de la Xunta para la izquierda. Y que entonces sí sería oportuno el cambio.
Ante una posición tan diáfana, Nafarroa Bai puede hacer dos cosas: aceptar el camino que desde el PSN se plantea para el cambio, con sus contenidos, o reafirmar su protagonismo y su voluntad de participar y de jugar un papel estratégico en la confección de un programa plural de gobierno, al que se invite a sumar a todas las fuerzas progresistas.
Para poder hacer esto último, tendríamos que empezar -tendríamos que haber empezado hace tiempo pero siempre será mejor tarde que nunca- por fortalecer nuestro proyecto, por crear unas estructuras, por convertirnos en un referente cercano para la ciudadanía, por regular las rivalidades partidistas, por ayudar en la articulación de una potente oposición social a la política económica y cultural de la administración. Lo contrario supondrá seguir instalados en la resignación que lamentaba ayer en su artículo Aingeru Epaltza y alimentar las expectativas del modelo de cambio que le carga las pilas a Uriz.
Praxku



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