
Estos últimos días, la izquierda abertzale está inmersa en una actividad más frenética que la desarrollada en los últimos dos años. El tiempo apremia y los plazos se agotan. Aunque son caras viejas, son nuevas detrás de unas mesas que hemos visto cómo poco a poco han ido vaciándose, por arte y gracia de una ley que permite los arrestos a discreción ordenados por el ministerio del interior.
Desgraciadamente, su mensaje, aunque esperanzador, no nos dice nada que no hayamos oído al menos en dos ocasiones anteriores, y no por ser agradable tiene más crédito para los que repetidamente hemos sentido la frustración y decepción en los anteriores procesos, procesos en los que hemos compartido la esperanza en lograr un espacio sin violencia que nos permitiera un futuro común (klik egin-ver más)
Patxi Leuza (en nabaizaleok.blogspot.com)
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