
Quienes criticamos el sesgo ideológico conservador de la autodenominada “
prensa libre”, o “
independiente”, debemos luchar contra la convicción profundamente arraigada en la población de que los medios informan y se limitan a “
dar” la noticia, haciendo a un lado cualquier afán político. La visión que cultivan los poderes mediáticos es que ellos se limitan a “
reflejar” la realidad, y que cuando elaboran alguna interpretación de la misma –que inevitablemente es política en la medida en que atañe a una problemática pública- tal cosa queda circunscrita a lo escrito, o dicho, en las columnas editoriales o de opinión, claramente diferenciada de la parte propiamente informativa que supuestamente es “
apolítica” y objetiva. En realidad, salvo contadas excepciones, lo que ocurre es exactamente lo contrario: se informa o se desinforma en función de la perspectiva política por la que cada medio ha tomado partido, y ella tiene sólo dos posibles registros: o se está por la conservación o se propone la superación del orden social existente. En asuntos como éste la “
imparcialidad” es imposible. Un ejemplo luminoso de lo que decimos lo proporciona el escandaloso silencio de la “
prensa seria” de las Américas ante la huelga de hambre que, desde hace más de 15 días, mantienen 31 Mapuches en diversas cárceles de Chile. (
klik egin-ver más) (
Atilio Borón, en Rebelión)
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