Según la mayoría de los análisis postelectorales, los resultados del 20-N han servido para despejar el mapa político vasco. Ha quedado claro, dicen, que el futuro pivota sobre cuatro patas bien definidas que, en una descripción manifiestamente simple, se reduciría a PNV-Amaiur-PP-PSE. Por supuesto, esta reducción a cuatro resultaría insuficiente en base al concepto de Hego Euskal Herria, porque habría que forzar el espacio situando en cada una de las supuestas patas a UPN y Geroa Bai, fuerzas navarras que también han logrado representación en las elecciones generales. En cualquier caso, con mayor o menor puntería en el encaje, no serían excesivas las dudas para articular la aportación navarra a ese esquema de confrontación a cuatro en el que coinciden los analistas.
Quedan sin resolver, no obstante, otras dudas razonables derivadas de los movimientos estratégicos fruto de decisiones tomadas por fuerzas políticas que han decidido incluirse como integrantes de un conjunto más amplio, como es el caso de EA y Alternatiba primero en Bildu y la inclusión posterior de Aralar en Amaiur. (klik egin-ver más)
Pablo Muñoz, en Grupo Noticias
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