
Según ese criterio, la idea de "naciones sin Estado" sería un oxímoron, una contradicción en sí misma. No habría más naciones que las de la naciones-estado, y para salvar el principio de realidad se distinguirían dos niveles: la nación cultural -concepto prepolítico- y la nación política, reservando (tramposamente) esta última solo a los Estados homologados. Según eso, serían inexistentes los Estados plurinacionales, lo que es negar la evidencia (Bélgica, Canadá, Gran Bretaña…). (klik egin-ver más)
Ramón Zallo, en DEIA
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