Las encuestas preelectorales acertaron. Predijeron unos resultados que
casi se han repetido en las urnas. En el caso del País Vasco, había seis
incógnitas a priori que las elecciones han dejado encauzadas, pero no
resueltas.
La primera, el número de votos y escaños que cada partido
alcanzaría. No bastaba sólo con ganar, había que hacerlo con una
distancia suficiente para tener el margen de maniobra que permitiese
pactar con todos o casi todos y no quedar presos de ninguna posible
coalición de aquellos partidos que no habían sido los más votados. La
distancia era un termómetro fundamental para clarificar lo que podía
ocurrir el día después. (klik egin-ver más)
Ander Gurrutxaga, en Grupo Noticias
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