A mediados de octubre de 2010, cuando Haití comenzaba a recuperarse del terremoto del mes de enero anterior, sobrevino una epidemia de cólera que se calcula ha provocado la muerte de 7.300 personas y medio millón de enfermos. El cólera no se conocía en Haití, a pesar de su deficiente sistema de alcantarillado, su ubicación geográfica aislada le había mantenido aislada de esa devastadora enfermedad. Cuando apareció, los médicos haitianos no estaban familiarizados con el protocolo de prevención y tratamiento, y entre los sectores más empobrecidos lo interpretaron como una maldición de vudú. Todo ello provocó que las consecuencias fueran tan devastadoras. (klik egin-ver más)
Pascual Serrano, en eldiario.es
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