
Había quien jugaba a pala, pero no era lo más usual. La mayor parte de los jugadores no tenía dinero para comprarse una y el que tenía pala era porque se la había hecho serrando y adaptando alguna tabla resistente. Jugar de igual a igual era hacerlo sin herramientas, a mano desnuda.
Lo económico también influía en que muchos mozos jugaran descalzos, ya que jugar con alpargatas (suelas de esparto) suponía destrozarlas en un solo partido. (klik egin-ver más)
Blog de Mikel Burgui
No hay comentarios:
Publicar un comentario