
Resulta lamentable la imposibilidad de coronar desde el despoblado la cima del monte Peña (1070 m) por la situación de privatización de hecho a la que está sometido, para el disfrute de un selecto grupo de aristócratas, militares y demás elementos escopeteros opacos, y en perjuicio de toda la comunidad montañera. Se trata de la única cima navarra a la que está vetada el acceso, salvo que se sea capaz de controlar la angustia que supone saberse probable objetivo de los guardias y de sus perros.¿Hasta cuándo tendremos que aguantar este atropello?
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