
Fue el 15 de junio del pasado año. Esa mañana la ciudadanía se despertó con la noticia del cese del compañero Roberto como vicepresidente y consejero del Gobierno foral, y por tanto de la expulsión del Partido Socialista del Ejecutivo.
Esa misma mañana, el compañero Roberto publicó en su cuenta de Twitter un mensaje en el que consideraba que "se abría una nueva etapa" (refiriéndose a la oposición) ante la que se mostraba "con más ilusión y ganas". Eso a mí, como militante socialista, me parecía un insulto. ¿Cómo puede estar uno ilusionado después de un gran fracaso? (klik egin-ver más)
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