miércoles, 24 de abril de 2013

CLANDESTINAS

Volver a los tiempos anteriores a 1985. Convertir a un número nada desdeñable de mujeres en delincuentes. Aumentar la angustia de su decisión personal con la amenaza de un castigo legal. Obligarlas a viajar al extranjero. Arrojarlas a la clandestinidad. Privarlas de una mayoría de edad conquistada a partir de la muerte de Franco poniendo en manos de otros decisiones que afectarán a su futuro. Condenarlas incluso a traer a este mundo a un ser no dotado para la felicidad o sumido en el dolor sabiendo que el Estado no las va a proteger en su desgracia. Todo en nombre de la moral católica. Del sector más intransigente de esa religión que se habrá de saltar sin titubeos sus propios mandamientos, como siempre ha sido, cuando precisen que a una de sus jóvenes se les practique un aborto. Todo bajo cuerda. Todo a escondidas. Todo siniestro. Esta es la reforma de la ley que ronda en la cabeza de Ruiz-Gallardón, que libre ya de su disfraz de conservador razonable, está decidido a pasar a la historia como un ministro reaccionario.  (klik egin-ver más)
Elvira Lindo, en El País-Opinión

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