
La operación “tarjeta dorada” está en marcha, el botín de las pensiones es muy suculento y el PP ha exigido a la banca y los poderes fácticos consenso para abordarla. Parece que estas gestiones están dando sus frutos y el bipartidismo político y sindical está por la labor de acabar con el actual sistema público de pensiones. La noticia no es evidentemente buena, es terrible pues implica que la totalidad de actores del régimen de la transición han unido su suerte a la locura neoliberal del Partido Popular. La reforma de las pensiones será seguramente la línea divisoria que definirá qué parte de la izquierda política y sindical está disponible para el cambio.
Paralelo 36 Andalucía
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