El debate constitucional estuvo centrado fundamentalmente en dos grandes cuestiones; en primer lugar, en las posibilidades que ofrecía la España política y social del momento para institucionalizar un sistema democrático en un contexto de riesgo a que el intento democrático quedara frustrado por las estructuras políticas y sociales contrarías a la reforma; en segundo lugar, en la búsqueda de un encaje de las diversas realidades nacionales en la estructura constitucional.
La constitución española resolvió mal esta segunda cuestión porque consolidaba la desigualdad en la atribución de derechos que conforman las distintas naciones que cohabitan en el Estado. La soberanía quedaba residenciada en el pueblo español, o la nación española, y se constituía en sujeto político como instancia de legitimidad para disponer de su propia constitución. Al pueblo vasco, o nación vasca, no le asistían los mismos derechos que a la nación española. Ese es el nudo fundamental del conflicto nacional. (klik egin-ver más)
Xabier Barandiaran, en El Diario Vasco
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