Casi cuatro décadas después de la superación teórica de la dictadura, el neofranquismo prolonga con los hijos de los vencidos el histórico regocijo por la humillación de los que lucharon por la libertad. A la lista de vestigios referenciales de enorme carga simbólica, como el de la Plaza del Conde de Rodezno, se suma ahora el caso del monolito instalado a la entrada de la iglesia de la localidad ribera de Buñuel, en el que, como en tantos otros lugares del estado se puede todavía ver, están inscritos los nombres de los caídos del "bando nacional". Aquí también ha servido una burda argumentación del ayuntamiento que preside Joaquín Pórtoles, de UPN, que daba por suficiente el hecho de haberse retirado el escudo del águila bicéfala y las expresiones "caídos por Dios y por España" y "José Antonio Primo de Rivera" para dar por respetada la Ley de Símbolos de Navarra del 2003, para impedir la retirada de este monumento que hiere la sensibilidad antifascista. Un juzgado de Pamplona no sólo ha respaldado la posición del Ayuntamiento, sino que ha condenado a la mujer que había solicitado la retirada a pagar las costas judiciales.
Reproducimos aquí el artículo en el que Pedro José Francés haciendo una reproducción de los hechos partiendo de aquel aciago 25 de julio de 1936, señala las responsabilidades de los que continúan ignorando la Ley de Memoria Histórica.(klik egin-ver más)
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