
Son hijos de uno de los concejales asesinados en el 36 y del alcalde de nuestra villa en aquellos momentos. Este no fue asesinado. Escapó, y murió enfermo y destrozado en el hospital de mutilados de Euskadi, en Bidart, en diciembre del 39. Sus familias sufrieron infinidad de penurias y se ha querido visualizar su condición de víctimas que aún hoy se padece. Baste un ejemplo: no se puede olvidar que hace pocos meses, en Ibero, en el paraje de las Tres Cruces, la asociación Aranzadi extrajo restos de varios asesinados entre los que se sospecha se encuentran los de otros dos txarrines.
En el acto ha estado presente Josemi Gastón, jefe de la sección de Memoria Histórica del servicio de Memoria y convivencia del Gobierno de Navarra.
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