
En marzo próximo se cumplirán seis años del inicio de la matanza: desde buques y aviones, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña lanzaron un diluvio de bombas y de misiles de crucero. Justificaron la guerra y la matanza con la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, que sólo hablaba de utilizar las “medidas necesarias” para proteger a la población civil que “estuviera amenazada”, y que autorizó una zona de exclusión aérea, pero no la invasión del país. No había autorización alguna para iniciar una intervención militar, ni mucho menos un ataque para derrocar el gobierno del país. China y Rusia, así como la India y Alemania, se abstuvieron en aquella votación del Consejo de Seguridad, y, posteriormente, a la vista de la guerra impuesta, tanto Moscú como Pekín denunciaron la abusiva interpretación que habían hecho Washington, sus aliados europeos y la OTAN de la resolución del Consejo. Sudáfrica, que también había votado a favor de la resolución, denunció después el uso desmesurado del acuerdo para forzar un “cambio de régimen y la ocupación militar del país”. (klik egin-ver más)
Higinio Polo, en El Viejo Topo
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