domingo, 8 de enero de 2017

VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN PARA TODAS LAS VÍCTIMAS

Entendiendo que víctimas son todas las personas que han sufrido, directa o indirectamente, los efectos de violencia injusta o ilegítima y sus consecuencias, parto del reconocimiento del recurso a una violencia justa y legítima cuando es ejercida por las instituciones de las comunidades fundadas por la libre voluntad de la ciudadanía, dentro de un manejo adecuado y proporcionado, y que además pretende que sus efectos se dirijan a evitar que las condiciones de la convivencia social se degraden.

Koldo Martínez, miembro de Zabaltzen, portavoz parlamentario de Geroa Bai

1 comentario:

  1. Creer firmemente que “todas las víctimas -todas- tienen derecho a la verdad, la justicia y la reparación” debería ser una convicción moral ciudadana imperante en sociedades democráticas, porque se está defendiendo ese pilar básico de toda democracia que es: TODOS SOMOS IGUALES ANTE LA LEY”. Sin embargo estamos en una sociedad demasiado acostumbrada a esa ideología impuesta mediante una gran matanza, allá en 1936, y que todavía nos gobierna: la terrorista Nazional Católica…. Con ella se sostiene que debe haber unas víctimas por encima de las otras, las víctimas de la Patria y luego todas las demás, las que suelen ser tiradas en cunetas de tierra o desprecio.

    Que TODAS las víctimas -a igual daño igual reparación- deban gozar del mismo resarcimiento no hay que confundir con ese despropósito que no pocos pretenden legitimar, nacido, seguramente, de esa forma obtusa de pensar que nos ha inoculado la perniciosa religión católica que a los nacidos hace años se nos impuso y la padecimos en forma de dictadura sin que sus víctimas, incontables, hayamos sido jamás resarcidas, castigados sus victimarios y ni tan siquiera desprestigiada la secta sino todo lo contrario por todo lo hecho….Decía que no hay que confundir el derecho de TODAS las víctimas a la Justicia con la obligación de amarlas, quererlas, apreciarlas, tan impregnado de absurdo cristianismo: cada persona sabrá por quien debe llorar y por quien no sin que ello sea óbice para lo antes dicho, el derecho a la justicia y el resarcimiento pleno de TODAS: tener enemigos no es insano, lo insano es no respetar al enemigo, despojarlo de sus derechos y condición...

    Hay que decir claro y alto cual es la realidad en la que viven todas las víctimas bajo el Poder gobernante, lo que nos llevaría a reconocer sin lugar a dudas que como desde 1936 seguimos siendo gobernados por quienes siguen haciendo a unas víctimas las “caídas por la Patria” y siguen colocándolas por encima de las demás víctimas a muchas de las cuales incluso se las continua tirando en cuentas de todo tipo. Y esta realidad no se va a cambiar con declaraciones personales bienintencionadas. Ni siquiera con posicionamientos políticos contundentes –necesarios por otro lado- porque el Poder gobernante es infinitamente mayor y cuenta con recursos ilimitados para seguir imponiendo la injusticia sobre las víctimas. Por tanto, es un error gravísimo asumir el discurso ideológico que sobre las víctimas nos impone el Poder gobernante y sus medios propagandísticos –que son muchos y de apariencia no gubernamental- y creo que quienes hoy reclaman la igualdad de criterios para TODAS las víctimas no hacen otra cosa que mantener el discurso injusto del Poder gobernante simplemente ampliando la condición de victimas a más víctimas, pero incidiendo en los errores y arbitrariedades que se emplean con las “victimisimas”

    ETA ha desaparecido en su expresión más atroz y por tanto no nos condiciona el presente ni el futuro. Pero este presente y el futuro tiene una grave amenaza que nos impide avanzar: el Poder gobernante… Un Poder gobernante que sigue imponiendo injustamente a unas víctimas encima de las otras. Un Poder gobernante que tiene leyes injustas y corruptas para hacer héroes de la Patría a los verdugos de las víctimas no reconocidas y perpetuar la impunidad. Un Poder gobernante que viola y atenta nuestros derechos ciudadanos y constitucionales sin temor a nada. Un Poder gobernante que ha impedido la verdad, la justicia y la reparación de la mayor época de terror padecida en los últimos 80 años y que sigue siendo el mayor obstáculo para que hoy también podamos cicatrizar las heridas más recientes. Si olvidamos esta realidad en la que vivimos, difícilmente podremos conseguir lo que se dice pretender: la reconciliación, la verdad y la justicia


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