
Estas preguntas son cruciales porque la siguiente sustancia es un paralizante que impide cualquier movimiento. No sé exactamente cuando se le inyectó esta segunda droga, que esconde el dolor. No veo la vía intravenosa. El audio está cortado, así que no puedo escuchar si se está quejando. Tampoco puedo ver cuántas veces se le administra cada droga. En definitiva, incluso siendo testigo, no puedo decir si Marcel Williams sintió dolor o lo que pasó exactamente durante su muerte por el protocolo e inyección letal.
El proceso está diseñado para alimentarme de detalles que, como espectador, sugieran una muerte tranquila. Pero este no habrá sido el caso de Marcel Williams.
El protocolo se asegura de que para el momento en que se administra el potasio clorídrico, que paraliza el corazón y puede ser extremadamente doloroso, incluso si el preso siente ese dolor, el espectador no lo vea. El paralizante está haciendo su trabajo. (klik egin-ver más)
The Guardian / El Diario
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