
En su comunicado explican que debería actualizarse el criterio de aceleración para la zona y hacerlo con un margen de error lo más amplio posible. Lo piden así porque aseguran que “como nos demuestra el último episodio sísmico recogido, las previsiones se pueden quedar cortas: la aceleración comprobada en el último sismo ha sido de 0,16 g , que casi duplica la recomendada desde 2012, pero cuadruplica la tenida en cuenta por la dirección de obra.”
Sin embargo la CHE sigue en su “huida hacia adelante” con un proyecto que “se está llevando ingentes cantidades de dinero público, sigue poniendo en riesgo la vida de miles de personas y negando un proyecto de futuro digno a todas las zonas afectadas por el proyecto.”
Proponen “encargar un informe técnico a expertos internacionales que sean independientes de los intereses de la obra”.
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