Desde diversas instancias venimos denunciando la aplicación extrajudicial de la pena de muerte en las prisiones españolas como consecuencia de la buro-represión, es decir, de una lógica perversa y sutil que provoca finalmente la muerte de muchas personas presas, como puede haber ocurrido en el caso del preso vasco Xabier Rey, muerto en la cárcel gaditana de Puerto III. Una muerte, aparentemente, por «suicidio», de una persona joven que, si estuviera cumpliendo su condena en las condiciones de respeto a sus derechos reconocidos por la ley, posiblemente hoy, estaría viva. La capacidad que el Estado tiene de funcionar al margen de la ley, con total impunidad en unos casos, y la interpretación y aplicación de la ley penitenciaria, como arma o instrumento de castigo por encima de todo, frecuentemente, llevan a desenlaces fatales como éste. (klik egin-ver más)
César Manzanos, en representación de la asociación Salhaketa de Araba
Salhaketa lo ha dicho porque además lo tiene documentado: son más víctimas las fallecidas por las inhumanas y anticonstitucionales maneras de regir las cárceles y el sistema penitenciario en el Estado español, que las víctimas mortales de ETA. Que sirva de nota para todos esos mentirosos -como el anterior director del periódico D Noticias, que escribía elogiando la errónea política de Paz que el gobierno Barkos lleva a cabo, haciendo hincapié en que el terror de ETA cuenta con mayor número de víctimas y que por eso bla bla bla -. Simplemente por intuición, ya sabíamos que eso no era así, porque si fuera así, ya habría listas de las víctimas del Poder Coercitivo del Estado; y no las hay, porque sobrepasan y por goleada a la lista de ETA. El Estado español y los partidos políticos que lo han gobernado -básicamente el PP y el PSOE- han matado y violentado y aterrorizado con total impunidad ahí donde no había ETA ni vascos ni política: ahí donde sólo había españoles haciendo cosas comunes..Y esto nos deja la perspectiva de que esa excusa barata de que el terror del Estado se debió más bien al "fragor de la batalla", queda desmentida por las atrocidades cometidas por los mismos que han constituido esa gran mentira llamada "lucha antiterrorista" cuando no estaban luchando contra el terrorismo. La constate desde la muerte del criminal Franco ha sido: desprecio a las víctimas del Poder Coercitivo y cobertura y protección a los verdugos que engrosaban las filas de ese Poder Coercitivo: a veces completamente, es decir, despreciando a la víctima y amparando al verdugo; a veces a medias: reconociendo a regañadientes a la víctima pero evitando en lo posible que su verdugo purgara plenamente… Ejemplos los hay hasta hartar: niños muertos en inexistentes controles policiales, jóvenes que estaban recogiendo caracoles en el campo, ciudadanos que van a poner denuncias al cuartelillo y salen con los pies por delante, o disputas triviales que terminan en muerte porque el contrario era policía fuera de servicio, noches de discoteca y copas que terminan a tiros y sin consecuencias para el que dispara porque era policía, muertos que tuvieron la mala fortuna de pasar delante de policías mientras tonteaban con sus “juguetes” de fuego…. Al final, muertos, víctimas, que jamás conmovieron a ese Estado y a esos políticos que siempre que pueden nos muestran sus lágrimas de caimán ante las únicas víctimas que reconocen: las que consideran propias y con las que se lavan las manos porque las tienen llenas de sangre…
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