viernes, 14 de septiembre de 2018

QUITARSE LA VENDA DE LOS OJOS

El Reyno de Navarra Arena, pagado a doblón por todos los navarros, acogerá en unos días la final de un campeonato de pelota. El campeonato en cuestión lleva el nombre de una conocidísima casa de apuestas y fabricante de máquinas de juegos de azar y apuestas. No tengo nada contra las casas de apuestas y los fabricantes de juegos de azar, pero creo que no debería estar permitido que patrocinasen absolutamente nada que tenga que ver con el deporte, como ya no se deja que lo hagan tabaco o alcohol. En Italia, hace unos meses, se ha prohibido que las casas de apuestas patrocinen a equipos o eventos. Aquí, hay publicidad de una en la camiseta del primer equipo de fútbol y van a poner el nombre de otra al primer partido de pelota que se juegue en el Arena. Hay millones de personas -y miles en Navarra- con problemas de ludopatía. Está demostradísimo que las apuestas -online, presenciales, en locales- generan adicción en un porcentaje concreto de personas. Este porcentaje concreto de personas son hijos, hijas, padres, madres, hermanos, tías, amigos, que caen en un pozo muy cabrón del que cuesta mucho salir y que mientras dure puede arrasar con sus vidas. En 2017, las máquinas de apuestas deportivas repartidas en salas específicas y locales de hostelería recaudaron 74 millones de euros, casi el doble de lo que ingresaron en 2013, algo que se puede ver por la velocidad a la que proliferan. Y eso sin contar las apuestas por Internet. En la Asociación de Ludópatas de Navarra Aralar ya tratan casi igual número de casos nuevos de adictos a las apuestas deportivas que a las tragaperras, cuando estas últimas llevan décadas entre nosotros. Si no hay leyes nacionales que impidan estos temas de la publicidad y el patrocino deportivos, el Gobierno de Navarra debería elaborar leyes propias que lo hagan. Es peligroso, es adictivo, daña a miles de personas y aún dañará a muchas más.
Jorge Nagore, en Diario de Noticias

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