«¡Hoy a las 12 les ayudaremos a cruzar a México!», dice un joven, en el centro de la plaza de Tecún Umán, en Guatemala. La masa ruge. Más de 4.000 migrantes concentrados en el último municipio centroamericano antes de cruzar el río Suchiate, que separa México de Guatemala. Son las 7.00 y la plaza está a reventar. Llevan cinco días caminando o subiendo, en su mayoría son hondureños y están a punto de afrontar una jornada clave. Hoy tratarán de cruzar una frontera que marca un antes y un después. Lo que comenzó como una caravana de 160 personas que salió de San Pedro Sula se planta en las puertas de México convertido en un éxodo. Están cansados, doloridos, tienen hambre. La gran incógnita: qué hará la policía migratoria, todavía bajo control del presidente saliente, Enrique Peña Nieto. (klik egin-ver más)
Alberto Pradilla, para GARA
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