
Vox es uno de los partidos políticos que más están recurriendo a campañas microsegmentadas pagadas en Facebook como arma de promoción. Para ello, utiliza algunos de los 'posts' y noticias publicadas en su muro oficial. Después les inyecta dinero para distribuirlos en forma de publicidad entre grupos muy concretos de usuarios, una técnica a la que recurren muchas empresas y medios de comunicación. La novedad —al menos en la política española— es que Vox no solo paga para que su contenido llegue a sus potenciales votantes, sino también a aquellos que el algoritmo de la red social identifica como de izquierda o extrema izquierda (por ejemplo, los 400.000 usuarios simpatizantes de Ada Colau, los 3,8 millones de Podemos o los 900.000 de Pablo Iglesias...). Este método inspirado en las campañas de Trump, y gastando 10 veces menos que el PP, consigue llegar a mucha más gente.
El Confidencial
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