viernes, 5 de junio de 2020

EL ARTE DE REPENTIZAR DEL BERTSOLARI Y DEL JOTERO

No me acuerdo qué año era, pero si que eran fiestas y que yo todavía era un mocete.
En el kiosko no había nadie. O quizá era el descanso de la música.
Un guarda del ayuntamiento repartia debajo del kiosko vino gratis en vasos de cristal a los que se acercaban.
Una cuadrilla de mozos en ambiente de juerga (ahora tendrán unos ochenta años) empezó a cantar con esa tonadilla que empleaban los músicos para sus "coplas"... pero...
Uno de ellos empezó (siguiendo la tonadilla) a inventar coplas en las que se metía con el físico de otro mozo... ¡que también contestó cantando otras cosas sobre el primero!
Entonces me di cuenta de que se podía inventar letras nuevas con aquella musiquilla tan pegadiza de la cancionica... y que aquellos mozos acertaron a hacerlo bien unas cuantas veces.... ¡así, de repente, entre las risas de los demás!  (klik egin-ver más)
Mikel Burgui, en su blog

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