Incluso el 11-S tuvo su genealogía, aunque confusa, pero no se puede decir lo mismo de la agresión rusa y del asedio a Kiev. En este caso, los motivos del agresor, aunque sean exagerados, no sólo son fáciles de reconstruir, sino que podrían haberse previsto e incluso frustrado hace tiempo. En cualquier caso, Pekín los ha previsto y parece haber abogado por una negociación Putin-Zelensky, sabiendo perfectamente que el resultado será la neutralidad ucraniana exigida por Moscú desde hace décadas. El desastre podría haberse evitado si Estados Unidos y la Unión Europea no hubieran demostrado constantemente ceguera, sordera y una inmensa incapacidad de autocrítica y memoria. (klik egin-ver más)
Barbara Spinelli, en Il Fatto Quotidiano (traducido por CTXT)
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