La promoción de policías locales y forales de 2008 termina el curso en la Academia de Seguridad de Beriáin. Varios de los agentes que en adelante formarán parte de esas policías -en teoría- de proximidad sacan una camiseta de recuerdo, en la que aparece la silueta de un antidisturbios con la porra enhiesta dispuesto a repartir borra. Parece ser que a estos muchachos se les queda corta la policía de proximidad y prefieren la del cuerpo a cuerpo. Su vocación de servicio público es innegable: están deseando repartir galletas entre la ciudadanía. Esa flagrante inclinación a la violencia indiscriminada no es óbice ni cortapisa para que se licencien sin problemas. ¿Se trata de un hecho aislado?...
Juan Kruz Lakasta. Diario de Noticias (Klik egin-ver más)
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