El sábado me acerqué a Donosti para asistir a la presentación del proceso Suspertu. No sé por qué iba convencido de que algunos tenían la intención de utilizar el proceso, y no fue así.
Un proceso, por cierto, que yo creo que aún no ha terminado, y que a futuro deberá analizar no sólo la estrategia de Eusko Alkartasuna, sino también la estrategia de todo el nacionalismo institucional. Un nacionalismo institucional que ha ido perdiendo en los últimos años, y hoy sigue perdiendo tanto la capacidad de seducir al electorado como la capacidad de liderazgo que nuestra sociedad necesita, pero esa es otra historia que intentaré analizar otro día.
Hoy toca Eusko Alkartasuna, esa parte del nacionalismo institucional que nació hace 23 años y que algunos se empeñan en que muera, no vaya a ser que algún día lidere este país, ese liderazgo que ellos nunca consiguieron.
(klik egin-ver más)
Mikel García Maiza (en Aberriberri)
Un proceso, por cierto, que yo creo que aún no ha terminado, y que a futuro deberá analizar no sólo la estrategia de Eusko Alkartasuna, sino también la estrategia de todo el nacionalismo institucional. Un nacionalismo institucional que ha ido perdiendo en los últimos años, y hoy sigue perdiendo tanto la capacidad de seducir al electorado como la capacidad de liderazgo que nuestra sociedad necesita, pero esa es otra historia que intentaré analizar otro día.
Hoy toca Eusko Alkartasuna, esa parte del nacionalismo institucional que nació hace 23 años y que algunos se empeñan en que muera, no vaya a ser que algún día lidere este país, ese liderazgo que ellos nunca consiguieron.
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