Es imposible que Jaime Jáudenes pase desapercibido en Suzhou. Vuela sobre una moto diseñada en los años 30 que no conoce el término silenciador. Para llamar más la atención, al monstruo va acoplado un sidecar. No hay habitante, chino o extranjero, que no se gire. Los hay que incluso hacen fotos y saludan; y muchos se quedarán con la duda de qué significa la palabra que preside el vehículo: Lizarran.
La respuesta ya la pueden encontrar en dos zonas de esta ciudad que tiene el corazón partido: la Venecia china con sus bucólicos canales por un lado y centro manufacturero y de innovación tecnológica por otro. Eso sí, la cadena de restaurantes española, que extiende el concepto vasco del pintxo, ha optado por la modernidad para poner sus pies en China. (klik egin-ver más) El Diario Vasco
La respuesta ya la pueden encontrar en dos zonas de esta ciudad que tiene el corazón partido: la Venecia china con sus bucólicos canales por un lado y centro manufacturero y de innovación tecnológica por otro. Eso sí, la cadena de restaurantes española, que extiende el concepto vasco del pintxo, ha optado por la modernidad para poner sus pies en China. (klik egin-ver más) El Diario Vasco
No hay comentarios:
Publicar un comentario