
En lugar de ser una plataforma para aquellos cuya vocación es el servicio público, los partidos políticos jerarquizados, se han convertido en un coladero de personas muy hábiles a la hora de mezclar sus intereses privados con los de los ciudadanos a los que supuestamente deberían representar y servir. La consecuencia inmediata es el divorcio que padecemos entre los ciudadanos y sus supuestos representantes. (klik egin-ver más)
Alberto D.Fraile Oliver (en revistanamaste.com)
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