
El acceso más breve es desde el collado de Organbide, al que se llega desde Esterenzubi o desde la fábrica de Orbaitzeta. Desde el camino de Irabia también es breve, pero un poco más comprometido con niebla. En Harpea, además de la cueva y de sus espectaculares pliegues, además de la soledad y la placidez, podemos observar sus bucólicos puentes y los meandros del arroyo, su redil para el ganado lanar y su calzada. Un lugar irrepetible. Ojalá siga como está miles de años.
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