Muchos le recordarán llorando ante las cámaras de televisión al transmitir, en su condición de presidente del Gobierno, la noticia de la muerte de Franco. Durante su mandato ya se había ejecutado a Puig Antich y más tarde a Txiki, a Otaegi y a los del FRAP. Continuaba en el cargo cuando sucedieron los impunes asesinatos de Montejurra, antes de dimitir forzadamente de su cargo y afiliarse a Alianza Popular, precursora del PP. Antes, en 1975, se ofreció a los Estados Unidos para entrar en guerra con Portugal, si la revuelta democrática devenía en un gobierno de izquierdas. Pero lo más grave del sanguinario currículo de este "Grande de España" lo protagonizó como fiscal en los consejos de guerra en Málaga, donde se le atribuyen más de 4.300 asesinatos de leales a la República. Dictaba sentencias de muerte en bloque tras audiencias que sólo duraban minutos, sin dejar hablar a nadie y concluyendo siempre: "Los hechos probados sólo merecen la pena de muerte". Así se ganó el sobrenombre de "el carnicero de Málaga". Más tarde sería nombrado gobernador de León, donde masacró a los maquis, después de Tenerife, y en 1954 se convirtió en gobernador civil y Jefe del Movimiento de Navarra. De aquí pasaría a ostentar a partir de 1957 el cargo de director General de Seguridad, y más tarde, alcalde de Madrid.
De los méritos que como fascista implacable pudo contraer en aquella sórdida década de los 50, se derivará que al menos exista una localidad navarra -Arguedas- en la que una calle está dedicada a su memoria. Al igual que un parque del barrio madrileño de Aluche, donde una movilización vecinal exige desde hace tiempo al ayuntamiento gobernado por el PP que retiren su nombre. Sin éxito hasta el momento porque el pasado mes de enero el pleno lo rechazó. La concejal del PP, Begoña Larrainzar, titular del distrito de Latina, donde se ubica el parque, defendió la negativa de su grupo en base a que como alcalde de Madrid, Arias se ganó el título de "alcalde de los parques". El otro título, el de "carnicero de Málaga", muchísimo más acreditado, a los populares no les afecta. Son las ventajas de tener una doble moral.
Praxku
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