En los años 60, 70, 80, incluidos los 90, miles trabajadores de las acerías y fundiciones (especialmente los empleados en hornos, mantenimiento), en astilleros navales, industria ferroviaria o química, fontaneros, soldadores, mecánicos de reparación o montaje... estuvimos en contacto con diferentes formas de amianto en el trabajo, sin protección alguna y con absoluto desconocimiento del riesgo cancerígeno que suponía la inhalación del polvo existente en el ambiente. (klik egin-ver más)
Jesús Uzkudun Illarramendi, responsable de Salud Laboral de CCOO de Euskadi
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