En días pasados, en el Pleno del Ayuntamiento de Tafalla, quedó bien claro dónde estaba la línea que separa a los demócratas de los que no lo son. Negar la existencia de la tortura a sus propios vecinos, como hizo la mayoría de los concejales, no es sólo cuestión de cínicos o de malinformados, es tomar una actitud activa para ocultarla, y por lo tanto para que se siga produciendo. (klik egin-ver más)
Juan José Irigaray, Kepa San Martín y Xabier Les
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