
Sin embargo hay varias razones para sostener que el Protocolo de Kioto ha muerto. La primera es la razón del artillero: su objetivo principal era reducir un 5% las emisiones de los países desarrollados y esto no se cumplirá. No solo no se cumplirá porque los firmantes no alcanzaron esa meta (cosa que se veía bastante probable), sino porque varios de las más importantes naciones no son parte, o abandonaron ese convenio. Estados Unidos, Rusia, Canadá y Japón ya no adhieren a ese protocolo y en ellos están más de la mitad de las emisiones que estaban comprometidas a ser reducidas. (klik egin-ver más)Gerardo Honty, analista en Energía y Cambio Climático (publicado en Alainet)
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