En los años cincuenta, el euskera en Etxarri Aranatz, al igual que en muchas otras localidades de Navarra, se limitaba al ámbito privado. Se hablaba en casa, con la familia, los amigos... pero el binomio con la administración estaba muy claro. Era una lengua sin prestigio. "La hablaba la gente de baja cultura y de menor posición. La gente que tenía un status superior, como maestros, médico, secretario del Ayuntamiento… hablaban en castellano. Sutilmente nos hacían sentir que éramos algo a refinar, a educar", observa esta etxarriarra nacida en 1952.
Mª Inés Zeberio recuerda a su madre volver del médico llorando. "De pequeña me rompí la clavícula y me enyesaron el codo. Mi madre, con su limitado castellano, le decía que tenía suelta la clavícula. El médico le dijo, dirigiéndose a la enfermera: dígale a esta mujer en su jerga quién es el médico". (klik egin-ver más)Diario de Noticias
Mª Inés Zeberio recuerda a su madre volver del médico llorando. "De pequeña me rompí la clavícula y me enyesaron el codo. Mi madre, con su limitado castellano, le decía que tenía suelta la clavícula. El médico le dijo, dirigiéndose a la enfermera: dígale a esta mujer en su jerga quién es el médico". (klik egin-ver más)Diario de Noticias
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