
Esa humillación se sintió en todos los rincones de Navarra. Año tras año, coincidiendo con los intentos de recuperar el reino por los naturales, el castigo era la destrucción de un buen número de fortalezas, cercos, torres y todo lo que sirviera para defenderse.
Las cortes, aún bajo control castellano, protestaron enérgicamente al rey Católico y paralelamente los embajadores de los reyes navarros en el exilio pedían a las embajadas europeas que intercedieran para acabar con esa barbarie. Fue inútil, cuadrillas de canteros y soldados castellanos recorrían Navarra sin dejar piedra sobre piedra. (klik egin-ver más)
Las cortes, aún bajo control castellano, protestaron enérgicamente al rey Católico y paralelamente los embajadores de los reyes navarros en el exilio pedían a las embajadas europeas que intercedieran para acabar con esa barbarie. Fue inútil, cuadrillas de canteros y soldados castellanos recorrían Navarra sin dejar piedra sobre piedra. (klik egin-ver más)
Iñaki Sagredo, en Nabarralde
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