
Eso pasó, eso se dijo, eso quedó grabado y está publicado hasta la saciedad,
les guste o les deje de gustar a los actuales gobernantes y a sus secuaces. Hay
documentación gráfica y testimonios de sobra, de sobra, aunque solo sirvan para
dificultar el olvido, para mantener vivo un recuerdo que se hace incómodo, hasta
para quienes entonces eran otros, conforme pasa el tiempo y aquel sangriento
episodio entra, poco a poco, en el detestable terreno del "mejor no
remover". (klik egin-ver más)
Miguel Sánchez-Ostiz, en Diario de Noticias
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