Resultan, como poco, sorprendentes las reservas que ha
generado la nueva denuncia de fraude en las elecciones realizada por el
candidato de la izquierda, Andrés Manuel López Obrador (AMLO). El principio de
presunción de inocencia es invocado, en el caso de México, de forma no ya
escrupulosa sino insultante para la inteligencia.
Y eso que llueve sobre mojado. El propio AMLO denunció en las anteriores
elecciones de 2006 un recuento-farsa que le dejó a un escaso medio punto de su
rival y todavía presidente interino, el derechista Felipe Calderón (PAN). (klik egin-ver más)
Dabid Lazkanoiturburu, en GARA
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