
La repercusión que va a resultar más contundente,
a efectos prácticos, es la prórroga de 75 años adicionales de la que van a
gozar las construcciones que se hayan realizado en dominio público. Todas
esas propiedades que tenían que demolerse como muy tarde en 2018 según la
anterior ley, no sólo van a mantenerse en pie sino que además podrán venderse,
reformarse e incluso heredarse. Los chiringuitos desmontables dispondrán de
licencias y permisos de cuatro años de duración (ahora son anuales) y podrán
ampliar su superficie. (klik egin-ver más)
Antonio Aguilera (en P36 Andalucía)
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