Los tejados de muchas
casas del casco antiguo amanecen estos días atestados de palomas. Nuevas camadas
de pichones se han sumado a una población de aves que ya de por sí era abundante
en las numerosas casas abandonadas que hay en el centro de Olite. En algunos
casos, como en el campanario de Santa María, recientemente se ha instalado un
sistema de sonido para ahuyentarlas. En la foto, la torre del Chapitel plagada
de colúmbidos.
El Olitense
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