Es un gesto de agradecer y que demuestra la asunción de sus
responsabilidades, tanto las pasadas como las futuras, que fuera el
lehendakari en funciones, Patxi López, quien encabezara la vuelta de su
partido a Sabin Etxea. La entrada de la delegación del PSE a la sede del
PNV tenía ayer cierta similitud al paso de las derrotadas tropas
romanas bajo el yugo en las Horcas Caudinas.
Contrariamente al resto de citas de esta ronda del PNV, la fijada con
el PSE tenía historia y el sabor del plato de venganza que se sirve
tres años y medio después. Los jeltzales lo congelaron a la espera del
momento de meterlo al microondas. Seguro que ayer los del EBB se
chuparon los dedos. (klik egin-ver más)
Iñaki Iriondo, en GARA
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