domingo, 14 de abril de 2013

UN ETERNO ASPIRANTE CON IMBORRABLE PASADO GOLPISTA

El 12 de abril de 2002, un joven Henrique Capriles, entonces alcalde de Baruta, era retratado mientras subía  las escaleras hacia el interior de la embajada de Cuba en Caracas. Esta permanecía asediada desde el inicio del golpe de Estado que mantuvo alejado del poder a Hugo Chávez durante 47 horas. Se había corrido el rumor de que Diosdado Cabello, actual presidente de la Asamblea venezolana y uno de los grandes escuderos del difunto presidente, podría encontrarse en la sede diplomática. Así que cientos de partidarios de la derecha trataron de tomar el edificio. Entre ellos se encontraba el actual aspirante de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) y dirigente del partido Primero Justicia, que luego defendería su presencia ante la legación por su interés mediador. Una vez que la asonada fue desactivada, Capriles permaneció encarcelado durante cuatro meses a causa de este incidente. Finalmente sería absuelto, dentro de una causa judicial reabierta en 2008 (klik egin-ver más)
A. Pradilla (en GARA)

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