lunes, 1 de julio de 2013

LADRILLOS DE PLOMO

Creo que cualquier persona con un mínimo de sensibilidad siente verdadera vergüenza, pena, zozobra, angustia, perplejidad, preocupación, disgusto, dolor, impotencia y hasta vértigo por los hechos que se van sucediendo alrededor del problema de los desahucios de viviendas, que han pasado a ser la manifestación más visible y humillante de la llamada burbuja inmobiliaria. Como ante otros muchos problemas, en este también hay que distinguir entre los que les afecta y los que no, pero esto no impide que todos lo veamos como un drama social de primera magnitud. Para explicar por qué ha sucedido esto, es necesario recordar que en ello hay que incluir a administraciones públicas, promotores y agentes inmobiliarios, empresas constructoras, urbanistas, entidades financieras y particulares, fundamentalmente. (klik egin-ver más)
Juan Luis Laskurain, en Ekoberri

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