Son las 10,00 horas. Aprovechamos el porche con su banco corrido para almorzar.
Es un lugar privilegiado. El cerro donde está el Caserío de Cortés aparece rodeado de campos de maíz. Una viña se hace hueco, como puede, ante tanto "intruso".
En las laderas de Candaraiz, la Escolara y Eulalio se adormecen con el último sol del verano.
Montejurra, Lóquiz, Andía y San Donato cierran el paisaje con sus siluetas azules y blancas.
El momento es mágico.
En el interior de la caseta la placa de los fundadores de la dinastía preside el cuarto principal.
Una foto del 6 de Octubre de 1974 da testimonio de una concentración Gregorica. (klik egin-ver más)
Tafalla a Pie
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