El acontecimiento escocés escuece en los principales centros de poder de Madrid. En los despachos y en algunas tertulias, David Cameron es tratado como un tonto por haberse metido en ese berenjenal. Tonto sin tapujos. Tonto e imprudente. “¿Quién le mandaba abrir esa caja de Pandora?”. Preocupa que el sí pueda vencer en el referéndum del 18 de septiembre; preocupa que esa posibilidad de victoria se proyecte en las pantallas de Catalunya y del País Vasco, y preocupa, aún más, que Londres haya anunciado concesiones a los escoceses para evitar una catástrofe electoral. (klik egin-ver más)
Enric Juliana, en La Vanguardia
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