viernes, 30 de octubre de 2015

FIN DE UNA ETAPA EN EL BAR PASADIZO

La noche del pasado jueves fue una noche cálida. En la climatología y en la despedida a la familia que ha regentado durante 33 años el bar Pasadizo. Un local que ha sido mucho más que un establecimiento de hostelería al uso. Lugar de encuentro y complicidad para muchos colectivos de la ciudad que han parido sueños y entrelazado energías al abrigo de su recinto. Un refugio para disidentes que siempre han encontrado el apoyo generoso de los dueños y la solidaridad ha sido recíproca cuando la han necesitado en  momentos difíciles.
Ayer despidieron a la clientela, al pie del cañón, como lo han hecho a lo largo de esta larga etapa en la que Cristina Gracia y Ventura Tomé, con la ayuda de sus hijos Borja y Leire y  toda su familia, han sorteado los duros vaivenes que acarrea posicionarse al lado de las utopías.
Ayer,  en puertas de la jubilación y con la salud mermada, quisieron agasajar a toda su  parroquia con una barra libre  y cientos de pintxos para decir adiós a un ciclo profesional brindando con  la gente que quieren.
El Pasadizo abrirá de nuevo sus puertas el 20 de noviembre con otra gerencia.
La Voz de la Merindad

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